Retomando el noble oficio de la escritura es propicio
desear un venturoso año 2018 para todos, ya que el optimismo es resiliente y no
se doblega. En medio de luchas y agonías, calles teñidas de sangre y pupitres vacíos,
el pasar del año 2017 fue algo turbulento. Nos ha dejado enseñanzas, aciertos,
heridas, pérdidas, vacíos en el alma por aquéllos Héroes de la Libertad que
sus nombres quedarán grabados en los libros de historia
de la república por toda la eternidad. Ahora, un reto bastante grande, ya que
el inicio de este nuevo capítulo anual ha sido algo tormentoso, debemos seguir
con pie de plomo porque ésta pesadilla está a punto de llegar a su final.
Noticias van noticias vienen, el panorama luce
espectral y puede empeorar. No se tiene ni un poco claridad en está penumbra ya
que la información no es veraz. La última invención del dictadorzuelito: EL
PETRO, una moneda digital que la sustenta un recurso que está en el subsuelo, y
que quiénes pudiesen extraerlo,
refinarlo y exportarlo están quebrados y nadie negociaría con ellos por las
sanciones norteñas. La criptomoneda se basa en la confianza, las encuestas
dicen claramente que el 88% de la nación no confía en éste régimen, lo que
quiere decir que el PETRO tampoco tendrá confianza para existir. Ahora será un
cripto fracaso. Una variable más a la suma, es el indicio de la supuesta
nacionalización de una banca privada ha corrido como pólvora y ha puesto a más
de uno a cabalgar velozmente para resguardar los ahorros de una moneda segundo
a segundo más devaluada. Pareciera, de pronto, que se tratara de un falso
positivo para generar zozobra y especulación. Una economía prácticamente
dolarizada en dónde el punto de comparación se dictamina vía web. Los
establecimientos bancarios han quedado de ornamento ya que para la moneda
local, se ha de pagar un altísimo porcentaje porque hasta para eso el narco
régimen ha creado una mafia. Mayer Rothschild de estar vivo, ya estaría
sucumbiendo de un ACV.
Venezuela tristemente la han vuelto en la Sodoma y
Gomorra del XXI. Los sueños de jóvenes huyendo despavoridos de la “Pequeña Venecia” han naufragado.
Imperdonable y condenable. Conatos y saqueos bajo la mirada indiferente y
cómplice de los organismos del Estado en distintas ciudades del país, ha dejado
daños irreparables para muchos. La FANB ha caído en el último peldaño de la
repulsión ya que, aparte de tener un doctorado en brutal represión, está se ha
convertido en un elemental secuas para aquéllos vándalos sin razón. ¿Es el país
que queremos? ¿El hambre se combate con licor y la sed con mueblería? Aquí está
el legado de aquél que prometió acabar con los niños de la calle. Ahora, éstos
mueren a mengua en la sala de un hospital por desnutrición.
¿Qué podemos hacer? ¿a dónde vamos a llegar? ¿Qué
futuro tenemos? ¿Existe solución? Son preguntas habituales en cualquier
tertulia social, pero su respuesta no es sencilla ni cotidiana. La MUD debe
reorganizar la línea para recuperar la credibilidad de la gente y amalgamar la
mayoría. El papel debe ser redirigir esta angustia y desesperación contra los
causantes responsables de este estado de cosas. Hay que fortalecer e impulsar
la protesta y la exigencia. No debemos quedarnos solo en el rechazo de los
saqueos porque se neutraliza la acción de protesta del pueblo. El pueblo no
puede quedarse cruzado de brazos esperando. Para que esto cambie, el pueblo
debe actuar y actuar correctamente, esto es protestando contra los causantes,
contra los distribuidores de las cajas CLAP que se roban los productos, contra
los jefes de distribución que se roban las cajas y contra los jerarcas de la
cúpula que se roban los dólares y que acaban con la producción y al acabar con
la producción generan escasez y dependencia de las chimbas y escasas cajitas.
Se ha de hacer un minucioso y cauteloso trabajo en los institucionales de la
FFAA para contar con apoyo bélico. El 23 de enero no fue casualidad. No existe
otra forma ni variable en la ecuación. Mantener la fe es la clave. Se lo
comentaba a una gran amiga que había que
respetar a los que se van y quitarse el sombrero por los que se quedan. La
formación y preparación es indispensable y fundamental para aquéllos que
resistan está hecatombe. Se ha de mantener viva y ardiendo la llama de nuestro
espíritu libertario y aferrarse aún más a nuestros ideales, pese a la
aplastante y voraz circunstancia. Esta generación es de 24 quilates. Es
imperante recordar un fragmento de una inolvidable canción: “No hay mal que
dure cien años ni cuerpo que lo resista YO ME QUEDO EN VENEZUELA PORQUE YO SOY
OPTIMISTA”.
Jorge Francisco
Sambrano
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnOpcion
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