Radiografía del 15 Octubre



La agonía contraataca y delega a su lugarteniente desesperación para hacer de las suyas. La frustración es abismal y la indignación nos acompaña en la caída. Irá, rabia y un poco más es lo que corre por nuestras venas y empañan nuestra visión ya que las circunstancias son adversas para opinar lo contrario pero, los ideales son nuestro antídoto para la ceguera y la desmotivación. ¿Maiquetía será la salida de Venezuela?, ¿y ahora que haremos? Son interrogantes recurrentes ante esta ola aniquilante que nos acecha.

Ante el hecho de que la inmensa mayoría de los venezolanos repudiamos ferozmente esta dictadura, el régimen tenía que preparar cuidadosa y minuciosamente el conjunto de artimañas y manipulaciones para resultar victorioso en éste proceso electoral. Una de ellas fue no aceptar la sustitución de candidatos ni la adjudicación de votos de las tarjetas con los inscritos que no ganaron en las primarias para tener como resultado división y confusión en los electores. Rindieron honor, una vez más, a Sun Tzu y a Nicolás Maquiavelo. La reubicación a menos de 72 horas de la elección de más de 250 centros de votación, muchos de ellos en zonas tradicionalmente opositoras y en los que votaban alrededor de medio millón de personas fue mortal. Otro punto muy relevante fue la utilización ilegal de todos los medios del estado más la desconfianza ya existente en él CNE por parte de la población para crear una abstención avasallante que tristemente se hizo presente el pasado domingo. 'El que vote en las regionales reconoce a la ANC' fue el discurso utilizado por los actores del régimen minuto a minuto y, les resultó. 

Existen dos métodos para salir de una dictadura: la primera, por la vía de las armas, idea fetichista que está a flor de piel que conlleva gente, preparación militar, armamento, base de operaciones, alimentos, medicinas y miles de ataúdes para las bajas, y la segunda, lo que se está realizando nacional e internacionalmente agotando todos los medios e instancias cívicamente posibles. ¿Y ahora qué? es una de las poderosas interrogantes que dominan nuestros pensamientos pues, el cambio que necesitamos no llegará via FedEx o por MRW ni mucho menos por un teclado desde un lugar recóndito del extranjero. Nadie necesita permiso de un líder o mesías para protestar por falta de comida o medicamentos, ni por falta de servicios de calidad, ni por inseguridad. Logramos elecciones por la presión interna y externa pero, como es preferible criticar al que está conmigo pero no tocar al que está contra mí, bueno pues la culpa es de la vaca. Construir puede ser una lenta y laboriosa tarea que tome varios años; destruir en cambio puede ser una acción irreflexiva de un solo día y pareciera, lamentablemente que ese día son TODOS LOS DÍAS.

El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar y los venezolanos tenemos cualidades suficientes para levantarnos y seguir hacía adelante. La estrategia debe cambiar, de los errores debemos aprender y la mentalidad de pesimismo y resignación debemos de erradicar. La llama de nuestro espíritu debe seguir ardiendo con bastante fulgor pero, debemos de enfrentar con entereza y madurez ésta situación para sacarle la mejor experiencia a la caída, sino, me temo, que estaremos condenados a la esclavitud hasta que se haya consumado nuestra vida en éste plano terrenal.

*Jorge Francisco Sambrano*
@JorgeFSambrano

_*#RendirseNoEsUnaOpcion*_


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