La
agonía contraataca y delega a su lugarteniente desesperación para hacer de las
suyas. La frustración es abismal y la indignación nos acompaña en la caída.
Irá, rabia y un poco más es lo que corre por nuestras venas y empañan nuestra
visión ya que las circunstancias son adversas para opinar lo contrario pero,
los ideales son nuestro antídoto para la ceguera y la desmotivación. ¿Maiquetía
será la salida de Venezuela?, ¿y ahora que haremos? Son interrogantes
recurrentes ante esta ola aniquilante que nos acecha.
Ante
el hecho de que la inmensa mayoría de los venezolanos repudiamos ferozmente
esta dictadura, el régimen tenía que preparar cuidadosa y minuciosamente el
conjunto de artimañas y manipulaciones para resultar victorioso en éste proceso
electoral. Una de ellas fue no aceptar la sustitución de candidatos ni la
adjudicación de votos de las tarjetas con los inscritos que no ganaron en las
primarias para tener como resultado división y confusión en los electores.
Rindieron honor, una vez más, a Sun Tzu y a Nicolás Maquiavelo. La reubicación
a menos de 72 horas de la elección de más de 250 centros de votación, muchos de
ellos en zonas tradicionalmente opositoras y en los que votaban alrededor de
medio millón de personas fue mortal. Otro punto muy relevante fue la
utilización ilegal de todos los medios del estado más la desconfianza ya
existente en él CNE por parte de la población para crear una abstención
avasallante que tristemente se hizo presente el pasado domingo. 'El que vote en
las regionales reconoce a la ANC' fue el discurso utilizado por los actores del
régimen minuto a minuto y, les resultó.
Existen
dos métodos para salir de una dictadura: la primera, por la vía de las armas,
idea fetichista que está a flor de piel que conlleva gente, preparación
militar, armamento, base de operaciones, alimentos, medicinas y miles de
ataúdes para las bajas, y la segunda, lo que se está realizando nacional e
internacionalmente agotando todos los medios e instancias cívicamente posibles.
¿Y ahora qué? es una de las poderosas interrogantes que dominan nuestros
pensamientos pues, el cambio que necesitamos no llegará via FedEx o por MRW ni
mucho menos por un teclado desde un lugar recóndito del extranjero. Nadie
necesita permiso de un líder o mesías para protestar por falta de comida o
medicamentos, ni por falta de servicios de calidad, ni por inseguridad.
Logramos elecciones por la presión interna y externa pero, como es preferible
criticar al que está conmigo pero no tocar al que está contra mí, bueno pues la
culpa es de la vaca. Construir puede ser una lenta y laboriosa tarea que tome
varios años; destruir en cambio puede ser una acción irreflexiva de un solo día
y pareciera, lamentablemente que ese día son TODOS LOS DÍAS.
El
éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor
para continuar y los venezolanos tenemos cualidades suficientes para
levantarnos y seguir hacía adelante. La estrategia debe cambiar, de los errores
debemos aprender y la mentalidad de pesimismo y resignación debemos de
erradicar. La llama de nuestro espíritu debe seguir ardiendo con bastante
fulgor pero, debemos de enfrentar con entereza y madurez ésta situación para
sacarle la mejor experiencia a la caída, sino, me temo, que estaremos
condenados a la esclavitud hasta que se haya consumado nuestra vida en éste
plano terrenal.
*Jorge
Francisco Sambrano*
@JorgeFSambrano
_*#RendirseNoEsUnaOpcion*_
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