Jorge Francisco Sambrano
El agotamiento nos consume y la resiliencia, a veces,
no es tan fuerte. La situación nos aplasta porque nos consume internamente y
los sentimientos se encuentran de frente haciendo cortocircuito. Por ligereza
de tiempo llegamos a olvidar que somos seres que sentimos y padecemos, ya que
nuestra piel no está hecha de acero, ni nuestros huesos son de Adamantium.
Aunque duela, debemos seguir porque para muchos, es la única alternativa.
Estamos en guerra. Vivimos en guerra y es esa guerra
contra la tiranía y el atraso, la que ha consumido paulatinamente nuestra
juventud. Nos ha tocado seguir y no cansarnos para no perder, nos ha tocado
tomar otra ruta, ya que rendirse no es una opción, nos ha tocado luchar,
sangrar, llorar y despedir. Nos ha tocado respirar el gas inclemente de las
bombas y escuchar el ligero silbido de las balas. Nos ha tocado aferrarnos
firmemente al brioso caballo de nuestros sueños, porque el pedestal del triunfo, cada
día, está más cuesta arriba. Nos ha tocado imaginar otra realidad porque la
experiencia no nos lo permite. Nos ha tocado renunciar de momento a nuestras
metas y empezar a buscar la manera de subsistir. Nos ha tocado muy fuerte y aún
así, seguimos de pie.
Nos han tocado los tiempos más perversos. Nos han
tocado los tiempos de tiranía en donde, el liderazgo no se construye detrás de
un escritorio, ni con esporádicos recorridos para tener una foto de vez en
cuando, ni con la bendición de padrinos oligarcas ni con actividades mediáticas
para generar sensación; pues, el verdadero liderazgo se forja bajo la
constancia diurna y nocturna, en el roce cotidiano con la gente, en el acompañamiento
de la desgracia y el desasosiego, en el compartir de la incertidumbre del
porvenir, siempre bajo desmesurados ataques, ante la inclemencia de la persecución,
la intermitente cita carcelaria, el desgarrante exilio y a merced de la
acechante e imperdonable mirada de la muerte.
Nos ha tocado, y la lucha en esta guerra ha valido la
pena porque pronto, un nuevo amanecer vendrá. Estamos del lado correcto de la
historia, porque detrás de la paz de cada país existe una historia de guerra. Detrás
del mural de la misericordia, yace una leyenda sangrienta, pues el camino hacia
el éxito como nación está pavimentado por los ladrillos de la lucha, la
disciplina y el sacrificio.
"El que se cansa pierde", una frase que
motiva e impulsa a seguir y seguir. Para eso, una de las maneras de combatir la
situación que nos oscurece e inspirar aún más a aquellos que sufren las
consecuencias de la dictadura y sus tinieblas es con el brillo de nuestra
solidaridad y fulgurantes convicciones. Por eso, no debemos cansarnos ni
rendirnos porque, rendirse no es una opción.
¡Vamos bien, muy bien! Hoy más que nunca debemos
seguir reorganizando nuestras fuerzas, sumando a todo aquel que aunque no
piense como nosotros, si sufre como nosotros y merece lo mismo que nosotros,
debemos quitarnos la idea que esto es una condena y verlo como una lección del
destino para mejorar y transformar. No hay que perder la fe ni la esperanza
porque, un buen amigo siempre dice: "Mientras haya vida que la esperanza
no muera"
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion
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