Jorge Francisco Sambrano
Estamos librando las batallas de antaño que nos
narraban nuestros abuelos. Las leyendas de aquellas epopeyas entre sables y cañones
ahora se han transformado en realidades de balas, gas y deserción. Una generación
entera se levanta en conciencia y en alma porque no escogió luchar por decisión
sino, por accidente. Pues, debemos hacer que valga la pena. La sangre ha
corrido, los caídos nos han impulsado, la Corte Suprema Celestial nos ha
bendecido y ahora nos falta empezar a batallar en unidad. Eso, aún resulta un
poco difícil.
Una unidad que se desmoronó casi en su totalidad y sus
arquitectos están tanto en su núcleo como en las gradas. La responsabilidad
debe recaer en cada uno de nosotros como iguales porque esta lucha no es sólo
de un sector. Las decisiones que se hayan tomado en claustro no fueron las más idóneas
pero, la ferviente sed de sangre y frustración que muchas veces domina a cada
ciudadano por alguna razón también influyó en su caída. Si los políticos luchan
son unos falsos, si no luchan son unos traidores, si vienen son faranduleros,
si no vienen son unos flojos y un largo etcétera que inunda las redes y
reuniones. La unidad es tarea de todos no meramente de un sector.
Muchos quizás crean que esto es un juego de ruleta,
otros lo ven como la oportunidad de posicionarse y cobrar, algunos como la
lucha obtusa de los renegados pero, es algo más allá, es algo más profundo y más
importante. La lucha por un país empieza por el compromiso que posean sus
ciudadanos y sus guías. Simón Bolívar no pudo solo. Necesitó la ayuda de todos
los caudillos de la época y de las naciones interesadas en nuestra
independencia. Todo fue un plan orquestado en unidad y de ahí, Vicente Salías
se inspiró para darle forma a las gloriosas notas de nuestro himno: "la
fuerza es la unión..."
Unión, palabra que tiene mucho significado conceptual
pero, la práctica es algo engorrosa. Intereses deambulantes y misteriosos,
rencores que rayan en el odio, la sempiterna búsqueda de ser el Mesías, el
radicalismo a toda potencia y el neo-caudillismo hace que nuestra gente se
sienta en las nebulosas y sin conducción, en el Limbo, el primero de los círculos
de Dante. ¡El país nos necesita, unidos y convencidos! Estamos en sobrevivencia
en la Venezuela del "no hay" y esa lucha, es algo épico, tan épico
que, de no estar a la altura de las circunstancias ni Homero en persona podrá
escribir ni una sola oración de todo nuestro esfuerzo.
Las actividades deben ser apoyadas, difundidas y
abiertas en su totalidad porque la lucha de un sector es por los derechos de
todos por igual, sin importar el color y la tendencia se debe articular el músculo
desde su esencia y su base. He ahí la fuerza y el dilema. La mayoría, es de
simple retórica. Hay que empezar a reconstruirla nuevamente.
Debemos entender de una vez por todas, aunque cause
molestia para algunos fanáticos que no todos pueden ser Bolívar pero Bolívar no
puede sin todos ya que es una lucha mancomunada. Aprender a limar, lustrar y
duplicar los esfuerzos y la disciplina para mejorar la unidad. Tomemos en
cuenta una frase, que resuena y resonará por toda la eternidad: "Hemos
aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos
aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos". Empecemos por lo más
sencillo porque lo más difícil ya lo estamos haciendo que es luchar…
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion
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