Jorge Francisco Sambrano
Las convicciones resisten, los ideales son indomables,
la fe entra en su fase de resiliencia pero, la batalla es ardua. Nadie ha dicho
que será fácil pero, tampoco nos muestran la ruta. No tenemos brújula ni un
horizonte dibujado, pereciera que seguimos por mera inercia aunque con la
esperanza acérrima de no condenarnos eternamente a esta realidad. Es una
epopeya épica y no podemos claudicar.
Aunque para muchos es un juego de toma y dame, para
otros un plan frenético de poder, una parte cree tener la erudición divina por
leer par de líneas históricas y la otra parte vive su sempiterno frenesí
buscando la razón absoluta criticando a todo aquel, aún existe una inmensa mayoría
que no se rinde porque ha puesto el futuro de todo un país por encima de las
metas individuales. Esos no se rinden, se levantan y salen a luchar sin
importar lineamiento ni mucho menos condena. Siguen porque sí, porque aún
pueden dar mucho más y que el valor de Venezuela es más grande que toda su
riqueza subterránea.
No todo lo que brilla es oro. Frase criolla lamentable
pero, es así. Y más lamentable es escuchar afirmaciones hipócritas e ingenuas
de un pequeño sector que aún no logra quitarse el polvo pesetero de sus camisas
manchadas por la tiranía. ¿Esta lucha no es política?, ¿Es en serio? ¿Luego de
todo lo que hemos pasado, luego de todo el terreno conquistado, el esfuerzo titánico
de los que siguen y el sacrificio de vida de los que se fueron?, algunos tienen
el tupé de decir que esta lucha no es política y que no necesitan a los partidos.
Estamos recibiendo la peor dosis de aprendizaje que el
destino nos puede otorgar. El látigo inclemente y despiadado de la tiranía
azota a la población pero, no hemos aprendido. No hemos aprendido a discernir
ni a encontrar el punto medio, no hemos aprendido a escuchar ni mucho menos a
hablar, no hemos aprendido en lo absoluto en unir ni mucho menos a remar.
Incrustados eternamente en echarle la culpa a todo lo que camina pronto
escucharemos a algún iluminado decir que a Jesucristo lo crucificaron los políticos.
¿Descabellado? Pues, vivimos en el país de lo posible.
La sociedad en la que habitamos entró en viraje y llegó
a la época de las cavernas, ha cambiado la vocal "O" por la
"U" y sus gríngolas no dejan ver más allá. Sin embargo, es nuestra
tarea como ciudadanos de este país que nos vio nacer, recobrar la confianza y
el apoyo desteñido que hoy nos consume. Debemos elevar la fe, quitarnos el
collar del orgullo, sentir con el corazón y no con el bolsillo, pensar en
colectivo y no en individual, mirar a los ojos del alma y hablar con el espíritu
y decir: "¡No nos vamos a rendir! Juntos sí podemos". Entonces, ¿Quién
empieza?
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion
Comentarios
Publicar un comentario