La
musa ha descendido pero, esta vez de una manera bastante distinta. Frases
llenas de fe y optimismo es lo que siempre ha caracterizado las líneas de estos
humildes artículos pero, está vez quiero cargarlas de una altísima dosis de
REFLEXIÓN, reflexión, si, porqué absolutamente todos debemos detenernos un
instante y reflexionar con lo que estamos y con lo que NO estamos haciendo.
Infinitas
y frustradas quejas, mensajes obscenos contra lo que sea, chácharas sin sentido
y sin criterio, absurdas riñas para ver quién tiene la razón y quién no, es lo
que abunda en las reuniones o cualquier sitio social hoy en día. Quejarse ya es
algo cotidiano. Hacer catarsis verbal para encontrar un poco de equilibrio ya
se ha convertido en un interminable circulo vicioso que tiene a la ciudadanía
en la más agonizante zozobra pero, ¿por qué hemos llegado a tal punto?, ¿qué
necesita Venezuela para despertar de una vez por todas ?
Hablar,
escribir o desglosar los problemas existentes en el País resulta una pérdida de
tiempo y de letras porque TODOS LOS CONOCEMOS AL DEDAL pero, ¿será que hacemos
algo para cambiar de verdad?, ¿contribuimos para el tan deseado, soñado y
esperado cambio?, ¿será que si llegaremos a tener una Venezuela distinta?, ¿cuál
ha sido mi cuota de responsabilidad para con él País ? La respuesta tiene que
provenir de lo más interno y sincero de su ser ya que hoy lo que suplantó la
abundancia del arroz fueron los eruditos del teclado, los guerreros de las
redes, los que 'están contigo' desde la ventanilla de su vehículo, los sabios
de las tribunas que en vez de ayudar y aportar hacen todo lo contrario y sin
límites. "Del dicho al hecho hay un largo trecho", cuánta razón tiene
ese dicho coloquial, que se trata de que existe una inmensa distancia entre el
hablar y el accionar. Muchos se han convertido en expertos de lo primero y
olvidado por completo lo segundo. En estos momentos muchos están hipnotizados a
la espera que suceda "algo", un fenómeno interestelar o no sé si es
que esperamos que el País se construya solo, escucho gente que se va afirmando
que algún día regresarán cuando Venezuela sea otra, ¿y quién la hace otra?, no
critico la decisión de aquellos que consideraron irse pero, sí la infantilidad
de pensar que la vida es lo que Disney nos ha vendido, de que por la magia del
cine todo termina en felices para siempre; a lo que me refiero es, señoras,
señores, la esperanza no es para que esperemos, la esperanza es para que
actuemos.
Con
la claridad del agua de manantial, los planes no son cortos, quienes estamos
formándonos con la vista en esa meta, tratando de NO quitarla de esa meta,
sabemos que debemos tirar nuestro cable a tierra, no hay soluciones de dos
días, ni de dos años. Venezuela presenta actualmente serios problemas en materia
educativa, agraria, económica, de salud, por mencionar solo algunos, en torno a
esto mi pregunta es: ¿qué piensan hacer, profesores, maestros, estudiantes de
bachillerato ? ¿Qué piensan hacer, doctores, enfermeros, estudiantes de
medicina?, ¿Qué piensan hacer, arquitectos, ingenieros, creadores, artistas? ¿Qué
piensan hacer economistas, sociólogos, internacionalistas, filósofos, físicos,
químicos, matemáticos, biólogos?, ¿Qué piensan hacer, caraqueños, bolivarenses,
maracuchos, merideños, barinenses, venezolanos?, ¿Qué piensan hacer, personas
con manos, con pies, con aliento, con cerebro, con vida?, ¿Qué piensan hacer
chavistas, oposición –y no me digan que dejar de pelear mientras siguen
peleando? Porque si realmente es como nos gusta llenarnos la boca, de que
creemos en lo que tenemos, cuándo, cuándo lo ponemos a valer.
Jorge
Francisco Sambrano
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion
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