Jorge Francisco Sambrano
Los pasajeros del Titanic tricolor han
conducido el barco justo al frente del iceberg. Venezolanos, venezolanos,
venezolanos. ¿En qué mundo vivimos?, ¿En qué país habitamos ?, ¿En qué sociedad
nos convertimos?, ¿Cuándo dejamos de ser, pensar y hacer?, ¿Cuándo
involucionamos a las tristes almas plagadas de superficialidad e ignorancia? Es
hora de un verdadero y doloroso "mea culpa" para que el Supremo autor
nos perdone, porque nuestra madre Venezuela llora y nosotros somos los
culpables de su llanto.
¿Cuándo dejamos de leer, debatir e
investigar?, ¿Verdaderamente alguna vez empezamos?, ¿Cuándo dejamos de aspirar
y empezamos a envidiar?, ¿Cuándo dejamos atrás la loable búsqueda de la
excelencia y empezamos a vanagloriar la indecencia?, ¿Cuándo dejamos de
apreciar la impactante curva de una sonrisa y solo empezamos a apreciar las
curvas?, ¿Cuándo dejamos el encanto intelectual y empezamos a desvivirnos por
lo artificial?
¿Cuándo empezamos a apoyar un argumento
sin conocer la profundidad de su concepto?, ¿Cuándo empezamos a difamar un
criterio sin siquiera conocer una pizca de su historia?, ¿Cuándo empezamos a
discutir por banalidades extravagantes y bochornosas?, ¿Cuándo dejamos atrás el
sentimiento verdadero y le dimos rienda suelta a un estrafalario interés?, ¿Cuándo
dejamos de abrazar con el corazón y empezamos a saludar por el bolsillo?, ¿Cuándo
dejamos de nutrir el intelecto para solo cultivar un par de ceros?
¿Cuándo dejamos de admirar el trabajo
honesto y empezamos a alabar el guiso de la viveza? No hay palabras con
sutileza porque retrocedimos a antes de la Época de Jesús y su nacimiento,
hasta la era de los cavernícolas. El Homo sapiens venezolano hizo un viraje en
la carrera evolutiva y se transformó en un Cromañón con iPhone. Convertimos a
nuestra Nación en un salvaje Serengueti criollo, en la más absurda sociedad de
carcasas con un abismo sin fin. Nos acostumbramos a algo que el Generalísimo catalogó
como "bochinche" y a la ceguera de "nuestra propia destrucción"
como hace muchas lunas atrás advirtió el Libertador.
No todo está perdido. Existe luz entre tanta
tiniebla. El tiempo aún no se agota, pero, el reloj avanza. Para ser parte de
la solución no debemos ser parte del problema. Para poder avanzar se ha de
reflexionar y buscar la manera. La historia y sus experiencias nos dan algunas
claves para hacerlo.
El poder debe venir desde nuestra
esencia y pensamiento y, para eso, uno de los transformadores del mundo contemporáneo
sostuvo que, los factores que destruyen al ser humano son la política sin
principios, el placer sin compromiso, la riqueza sin trabajo, la sabiduría sin carácter,
los negocios sin moral, la ciencia sin humanidad, y la oración sin caridad. La
gente es amable, sí soy amable, pues, el Mahatma tiene razón luego de mucho.
Es hora de transformar porque eso, depende de nosotros.
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion
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