Jorge
Francisco Sambrano
Desperté
con ansías, desesperanza, ira y frustración. El lado humano toma el poder y con
él las fuertes dosis de las emociones más negativas que agobian a cada hermano
venezolano todos los días de esta pesadilla. Amanecí dominado con aquello que
combato cada segundo en la batalla más difícil que nos toca superar: la batalla
interior.
La
travesía por la desolación se agudiza. El país está conmocionado. Por un lado,
un sismo sacudió a más de la mitad del territorio nacional, por el otro las
inundaciones siguen arropando buena parte de su ala sur y una reconversión
ayuda a aumentar la magnitud del agravio en todas sus latitudes. La naturaleza
nos pone en alerta pero, nuestra naturaleza de momento nos traiciona.
Cada
tic tac que pasa la situación no se suaviza. Las despedidas a los seres
queridos se triplican. Parecemos convictos contando en vez de los días los “nos
vemos pronto” en nuestra celda. Los carcelarios siguen perjudicando
despiadadamente nuestro núcleo. La familia venezolana se fractura como una
galleta en el bolsillo de un niño. Nos damos cuenta que los ideales no son la
morfina que creíamos y las convicciones empiezan a ser cuestionadas cuando esos
momentos se cruzan en nuestro porvenir. ¿Qué pecado habremos cometido para
pasar por este calvario? Las respuestas se quedan en silencio y por la ventana
empiezan a caer gotas pero, no de lluvia sino de lágrimas.
Un
nuevo día comienza y una nueva oportunidad se asoma. La calma se ha hecho
presente y luego de tantas lecturas, tertulias y salidas, en mi afligida mente
y desordenado corazón surgió una frase radiante como el sol que alumbra el alba
cada mañana, una frase que retumbó como las trompetas en tiempos de guerra, una
frase que fue la luz fulgurante para combatir la oscuridad: ¡Nacimos para
triunfar!
Aún
tenemos la fuerza necesaria para seguir porque por nuestras venas corre la
sangre libertaria de nuestros héroes. Aún podemos dar nuestro más sublime
aliento en esta epopeya histórica que estamos librando en contra de la tiranía
que quiere eternizar su maldad.
¡Nacimos
para triunfar! y bajo ninguna circunstancia por más cruel que sea, jamás vamos
a defraudar a aquellos que se han ido al cielo o al extranjero. Nuestros
"Próceres del Asfalto" nos guían junto al Supremo Autor desde lo más
alto, nuestros valientes hermanos que empacaron sus sueños en una maleta nos
impulsan desde otras costas hasta recobrar el destino de una nación de las
garras del despotismo y el atraso ya que están ávidos de retornar.
Nuestro
espíritu sigue firme, nuestro estandarte sigue resplandeciente, nuestros
ideales siguen ardiendo con intensidad y el tiempo está a nuestro favor. Ellos
no podrán. Seguiremos luchando hasta vencer porque ¡NACIMOS PARA TRIUNFAR!
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion
Comentarios
Publicar un comentario